El Coque es un producto de refinación carbonoso de alto poder calorífico, derivado del craqueo térmico al que es sometido el residuo corto de refinación, de bajo contenido de cenizas y azufre.
Al calentar el residuo corto por encima de los 400ºC se produce la ruptura o cracking de las moléculas de hidrocarburos, formándose compuestos ligeros que destilan, quedando un residuo pastoso que con el tiempo llega a adquirir una alta consistencia. A este residuo se le denomina “coque de petróleo”, producto de las plantas de coquización llamándose “coque verde”, el cual se utiliza como combustible, en las fábricas de cemento (aplicación más generalizada), y en la fabricación de ánodos para la obtención electrolítica de aluminio a partir de alúmina, para la fabricación de electrodos usados en hornos eléctricos y en la fabricación de equipos de grafito para la industria.
Carbón mineral
A diferencia del Coque, el carbón mineral es un producto originado a partir de vegetales depositados en pantanos y lagunas, que datan entre 300 a 360 millones de años. Es de origen natural. El mismo puede ser extraído del subsuelo por procedimientos manuales y mecánicos, aunque a veces se puede encontrar a cielo abierto. Su uso actual es en las termoeléctricas para la generación de electricidad, en las industrias siderúrgicas y en las fábricas de cemento. De la calcinación del carbón mineral se obtiene el coque mineral.
